Música que solo me gusta a mí: Bar-Kays
Existen en el mundo grupos que han tenido orígenes curiosos. Los Sex Pistols eran cuatro pijillos que se conocieron en la tienda de modas de su futuro manager Malcolm Mclaren, Starship nació de una sentencia judicial tras una disputa en el seno del grupo original (Jefferson Airplane/Starship), a The Kelly Family y a Leo Sayer los vieron cantando en la calle y los UB-40 se conocieron en la cola del paro. Pero creo que ninguno supera el origen de los Bar-Kays. Este grupo nació de una tragedia, una de las mayores desgracias de la historia de la música.
Los Bar-Kays primigenios eran una banda de acompañamiento para los artistas del gran sello de Soul de Memphis, Stax Records, que se dedicaba exclusivamente a tocar para otros (al igual que los Funk Brothers en la Motown de Detroit). Cuando se tuvo que elegir una banda para acompañar a la estrella de la casa, Otis Redding, ellos fueron los afortunados, y durante años tocaron con él en giras y conciertos. Pero el 10 de diciembre de 1967 el avión particular de Redding, que a la sazón solo tenía 26 años, se estrelló contra un lago helado en Madison (sí, el Madison de los puentes) mientras volaba hacia un concierto. Redding, su manager, el piloto y cuatro de los Bar Kays, resultaron muertos. Solo una persona sobrevivió al accidente: el trompetista de los Bar-Kays Ben Cauley, de 20 añitos (así y todo era el mayor del grupo). A otro miembro, el bajista James Alexander, le había correspondido en suerte ir en otro avión (el avión de Redding tenía 7 plazas) y llegó sin problemas a su destino.
Cauley y Alexander decidieron que no terminaría allí su carrera, y decidieron formar unos nuevos Bar-Kays, que esta vez tocarían como grupo independiente, alternando con su antiguo trabajo de banda de acompañamiento. Los nuevos miembros fueron Harvey Henderson, saxo; Michael Toles, guitarra; Ronnie Gorden, órgano (después se paso a los sintetizadores, sobretodo tras el pase a Mecury) y Willie Hall, batería. Alternando una relativamente carrera en solitario con la condición de grupo de acompañamiento del gran, enorme, Isaac “Moisés Negro” Hayes (más conocido aquí por ser la voz original de Chef en South Park), se fueron haciendo un nombre, destacando por encima de todo su trabajo de acompañamiento en la mítica y oscarizada (solo la canción) BSO de la película Shaft (Las noches rojas de Harlem), de Hayes, en 1971 (es uno de mis discos de cabecera, que lo sepaszzzzzz…). En 1973, para darle a la banda un sonido (aún) más funk, se incorporó a otro guitarrista, Lloyd Smith.
Al cerrar Stax en 1976 se pasaron al sello Mercury y añadieron un miembro a la banda: el vocalista Larry Dodson. Su estilo se volvió más abiertamente comercial, parecido al de los Commodores de Lionel Ritchie, que entonces triunfaban en todo el mundo. Tras dos años llenando las pistas de las discotecas, en el 78 les llegó el exitazo con el sencillo “Shut the Funk Up”, que sonó en miles de guateques discotequeros de la época. Fue la época de las giras mundiales y el salir mucho por la tele. El grupo siguió con cierto éxito durante 10 años más, adaptando su estilo a los tiempos, pasando del disco a un funk sofisticado con muchos instrumentos electrónicos e influencias hiphoperas. En 1984 lograron sus dos últimos hits y en 1988 se retiraron, viendo que empezaban a resultar repetitivos. De su éxito es prueba que entre 1976 y 1984 todos sus álbumes fueron disco de oro, salvo uno.
Pero al cabo de 3 años Alexander reformó el grupo con nuevos miembros, sacando otro disco en 1994 (dicen que uno de sus mejores obras). Siguen en activo, aunque solo para giras.
Así pues, aquí tenéis a un grupo que como muchos superhéroes renació casi literalmente de sus cenizas y volvió para triunfar. Su sonido es muy agradable en sus dos etapas como grupo independiente para el fan de la música negra en general, pero los puristas prefieren la etapa Stax.
Grabando la BSO de Shaft con Isaac Hayes
Shut the Funk Up
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