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Els Frikinautes

Consola que mola: MB Microvision

Mucha gente habla de la Game Boy o de la Atari Lynx (desarrollada antes que GB, aunque salió después) como las primeras consolas portátiles con cartuchos intercambiables. Pues bueno, eso no es exactamente así, porque 10 años antes de la aparición de Game Boy ya hubo otra consola portátil que funcionaba con cartuchos. Fue una apuesta arriesgada que no tuvo excesivo éxito (aunque empezó fuerte, como veréis), pero creo no equivocarme diciendo que fue la consola más innovadora de su generación tras la Atari 2600.  Y, avanzando un poco futuros episodios, os diré que GB y Lynx no fueron tampoco la segunda y tercera respectivamente. No os digo más.

Su creador fue un tótem del videojuego, Jay Smith, que después crearía otra consola innovadora que actualmente es objeto de culto: la Vectrex. Ya hablaremos de ella en otro momento. Quedémonos con Microvision.

Jay Smith era un ingeniero que trabajaba en Mattel y que pasó a formar una empresa propia llamada Smith Engineering, pensada para llevar a cabo sus proyectos. El primero fue este aparato, que rápidamente llamó la atención de la poderosa juguetera Milton Bradley (MB), que le compró la licencia para producirlo en serie.

Fuente: Handheld Museum

La Microvision era - como veis a la izquierda de la foto - un aparatico estrecho, alargado y de aspecto desnudo con un dial, un panel con 12 pequeños botones (ese cuadrado gris de abajo) y una pantalla LCD como aquellas de las maquinitas de Tiger de cuando no nos podíamos permitir tener consolas. La desnudez de la Microvision tenía su explicación, y es que los cartuchos formaban todo un frontal (ved el que está a la derecha de la consola) que le daba un aspecto personalizado a cada juego, de manera que parecía que tuvieras una maquinita distinta según el juego que elegías. No acabáis de pillarlo? Bueno, pongamos que venían a ser un híbrido entre una carcasa de móvil y una tarjeta de la Nintendo DS. Incluídos allí iban los botones de cada juego (que iban sobre el panel) y los “gráficos” (pintados encima de una lámina transparente de plexiglás o metacrilato o el plástico que fuera, claro).

La pantalla tan solo podía mostrar píxeles monocolor (y siendo la pantalla de 16x16, solo podía mostrar un total de 256 píxeles), y por ello lo de los gráficos pintados, y el sonido eran simples pitidos. Eran otros tiempos, sin duda. Además, a pesar de que tenía una colección de [tan solo 13] juegos muy potables, Microvision tenía u  par de defectos que le resultaron fatales: el primero era que funcionaba con dos baterías pequeñas (no pilas, eh! Baterías), lo que a pesar de que éstas debían durar lo suyo, lo convertía en un producto muy caro de mantener (aunque hubo un modelo con un microprocesador distinto que funcionaba con una sola batería). El segundo era su fragilidad. Era una consola que parecía hecha del más fino cristal, pues era delicadísima, y sus principales talones de Aquiles (a parte de las caídas, exposición al calor o al agua, destrucción por parte de niños o animales domésticos o primos torpones que solo la querían probar…)  eran:

a)      La pantalla LCD era (es) asaz proclive a podrirse ella solita con el paso del tiempo debido a las condiciones de fabricación de la época.

b)      El microprocesador de la consola podía cortocircuitarse tan solo con un aplicarle accidentalmente un poco de electricidad estática.

c)       Los botones de los cartuchos eran tan finos que tan solo rozarlos sin querer con la uña con una mínima fuerza los rompía.

Con todo, al iniciarse su corta carrera, estos aspectos no se sabían, y al aparecer en el mercado en 1979 con 7 cartuchos de salida (contando el juego que venía con la consola: el Block Buster, nuevo clon del Breakout/Arkanoid) se vendió como rosquillas: gracias a la novedosa idea, a la distribución a nivel internacional (Microvision se vendió muy bien en Alemania y con discreto éxito en Italia y Reino Unido. A España no llegó) y a una campaña de marketing bien realizada (que incluyó el product placement de la consola en “Viernes 13: Segunda Parte”, pena que Jason no matara a ningún adolescente calentorro a golpes de Microvision en la peli), MB colocó la friolera de 800.000 de consolas en un año, haciendo a Jay Smith millonario en poco tiempo. Pero en ese tiempo la novedad remitió y se hicieron muy pocos juegos. Además, los defectos antes nombrados empezaron a notarse, y hacia 1982, Microvision ya era historia.

Por su extrema fragilidad y falta de piezas de recambio, las Microvision funcionales son muy pero que muy escasas, y los coleccionistas que disponen de una son mirados con aire de respeto cuasi divino… Pero hay una manera fácil de hacerse con una y presumir ante los amiguetes:

http://www.erikschubach.com/vintage/microvision-paper-model.php

Qué? Que soy un cabronazo? Bueno, yo os he dicho que os podíais hacer con una, pero no he especificado que fuera una Microvision de verdad… Pero lo que SÍ podéis hacer es jugar con sus juegos, y es que no esta vez no os he puesto un “lo mejor” y un “lo peor” porque esta vez, si queréis, podréis probar los juegos por vosotros mismos sin gastar nada de disco duro gracias a la magia de Java:

http://home.comcast.net/~eichler2/microvision/MicroSimProject.htm

Gracias a estos apañadísimos jugones alemanes podemos disfrutar de simulaciones en línea de la consola, y además vienen con opciones para disfrutar más de la experiencia.

Así pues hay que concluir que Microvision fue un experimento que a pesar de las abundantes virtudes de su software, su hardware no funcionó bien. Fue víctima de la tecnología de la época. Creo que podemos decir que fue una consola que salió demasiado pronto. Si se hubiera desarrollado más hubiera sido un exitazo monumental, aunque eso quizá le habría hecho perder su estatus actual de máquina de culto.

 

 

 

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