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Els Frikinautes

De jugetes raretes: El juego de cartas de consolas

 

Parecen un invento de Doraemon, pero existen y las tengo a mi vera en este momento. Hace unos 40 años, Heraclio Fournier sacó una serie de barajas de 32 cartas que aún nos resultan en este momento míticas debido a las constantes reediciones de éstas: las barajas de Familias del Mundo (con la mamá zulú que obsesiona a Palmiro Capón en El Jueves) o de niños de diversas regiones, o las de los dibujos de moda (yo tenía un puñado de éstas). Algunas de estas eran del tipo “aprender deleitando” (es decir, que no aprendes una mierda, pero te lo pasas decentemente). Actualmente la cosa se ha ido ajustando a un público más adulto y realmente aficionado, sobre todo debido a que los chavales que juegan ahora le dan al Magic o al Warcraft (juegos que debo añadir que jamás me han gustado. Matadme) y esa es una afición de aquellas que se suele mantener .

Pos güeno, desde hace un año  resulta que tenía puestos mis ojos sobre una baraja de cartas de fabricación austríaca llamada “ History of Gaming”, y que aparentemente no era más que para exponer. Dicha baraja muestra la evolución de las consolas desde la Odyssey de la que os hablé una vez hasta la Play 3 (bueno, en realidad la última carta muestra la archidesconocida Envisions Evo Phase One).  Al mirar más información descubrí que REALMENTE se podía jugar con ellas (con las cartas, claro) al juego llamado Quartet. Que qué es el Quartet? Pues señores, no es otra cosa que combates por turnos usando objetos: se empezó con cartas de coches. Un jugador elige una carta al azar, selecciona una característica del coche mostrado y la dice en voz alta. Si los otros jugadores tienen un número inferior en esa categoría (por ejemplo, caballos de potencia), el tío les gana las cartas, y si es otro el que tiene el número superior, se llevará las cartas del jugador, que se ha pasado de listo. Gana el que tiene más cartas una vez éstas se han agotado. En este caso se aplican estas reglas a las características de las consolas: Año, Velocidad de CPU, Memoria, Precio y Colores. El quid del juego, lo que lo hace intersante, es ver si, por ejemplo, una Bally Astrocade (1978) puede vencer a una Xbox 360.

Como me atrae el tema me la compré por 12 lúas (que es caro, pero un precio relativamente normal para una baraja de coleccionista friki: una de Bola de Drac con menos cartas y made in Spain cuesta 13, y en internet, los gastos de envío son, en fin…).

Tras revisarlas a fondo…

En la parte positiva: cartas duras y de tacto satinado, colores vivos, orientación descarada hacia el público europeo (Mega Drive en lugar de Genesis!; uno de los 8 grupos de cartas dedicado a productos europeos), original variación de un tema muy trillado y paquete de plástico en lugar de cajetilla de cartón.  

En la parte negativa, que se tiene que saber inglés para jugar (no problemo para mí, pero ya se sabe que por estos lares, el inglés…), que no atraen a mucho público más allá de los que se nos pone morcillona al ver una  Turbografx y que para tener el espacio costreñido a 32 cartas se han dejado en el tintero  todas las portátiles y otras consolas tan importantes como la Telstar, la Colecovision o la Nintendo 64.

Y así os he mostrado una de las chucherías que me compro a veces. Otro día os hablaré del Kanji Battle: combates entre Kanji!

 

 

 

2 comentarios

scaramanga -

Yo tampoco, no te creas. Para mí, el primer sistema fué el Spactrum, y todo lo que sé anterior a eso lo he decubierto gracias a los emuladores.

Pennywise -

La verdad es que no recuerdo consolas anteriores a Mastersystem excepto la Atari que era venerado por los mayores de la calle. Lo que siempre me chocó en su momento es la vertiginosa variedad de Mega Drive que sacaron, Mega CD, 32x en apenas muy poco tiempo