Hoy, Ojete Films se complace en presentar una de las pelis que me dá más rabia en este mundo: Trapito, la intensa, dramática historia de un espantapájaros con corazón y sentimientos.
Este film de animación argentino de 1975 está dirigido por el almeriense-bonaerense Manuel García Ferré, creador de personajes como la tortuga Manuelita, Pucho, Serrucho, Hijitus, Anteojito y, por encima de todos, el mítico Petete y su Libro Gordo, que aparecen al principio de la peli para enseñarnos que que va esto de los espantapájaros.
Antes de contiunuar, os recomiendo encarecidamente que veais esto. Si lo veis, os pondréis en sintonía. Venga, sí, espero...
[Espera tres minutos]
Qué? Os gusta la cancioncilla? A mi tampoco. Mi hermano veía esto una vez al día y acabé harto de la puta tonada. Sabéis lo que es tragarse semejante trozo de mierda a diario? No os lo deseo.
Bueno. Tras esto que habéis visto (y si no, mejor para vosotros, lo digo en serio), Salapín el gorrioncete sale a escena y canta. Y Trapito le suelta su latiguillo “Qué lindo! Se pone a cantar y me pongo contento” PUES YO NO, HOSTIA! (no, si ya sé yo por qué el espantapájaros del Mago de Oz quería un cerebro...).
Boforracho yo? A gué tde doy un palo gue t’avio?
Salapín saca a Trapito de su prisión en la tierra y éste empieza a andar (Jeepers Creepers!) . Ambos se van a ver al patriarca de los pájaros, que tras refunfuñar un poco y poner triste a Trapito (es un poco racista el abuelo, sabéis? ) mide sus virtudes. Y cuando mide las ilusiones, ay tragedia: Trapito es un ser sin ilusiones! Por lo que al Patriarca se le ocurra la genialidad de nobrar a Salapín como la ilusión de Trapito, y éste se pone contento. Trapito y Salapín se van a correr mundo, y el espantapájaros va tan feliz andando que no se da cuenta de que se acerca a un río. Cae, se pone triste y se ahoga. Fin.
Fin? No: ya se sabe que los tontos tienen suerte. El río va a dar a la rueda de riego de la granja de Larguirucho la comedreja – García Ferré contaba con un Star System a lo Tezuka, y Larguirucho era una de sus principales estrellas – y Trapito va a parar allí.
Larguirucho canta y Trapito se pone contento. Como que Salapín y él son viejos conocidos se los lleva con su cerda y su marranito al pueblo a vender queso. Le dan un pastón e invita a todos a comer. En el mesón, un cuervo canta y Trapito no puede soportar estar tan contento, echa la pota y muere ahogado con su propio vómito. Eso es lo que deseaba yo, pero no. Mirad que contento está el tío con el plato lleno de rojada.
Pero, oh pathos, el cuervo era un chorizo, y mientras todo el mundo iba distraído con su canción éste le roba la guita a Larguirucho y Trapito se pone triste. El mesonero hunde a Larguirucho con este ultimátum: o paga en una semana o se carga a la cerda para hacerse unos jamones. Ay, dios, que el cerdito se queda huérfano! Nada, nada, Larguirucho encuentra trabajo como carpintero tras preguntar en 4 sitios (tan poco paro hay en Argentina?) y Trapito se pone contento. Su primer trabajo será hacerle una pata al pirata Malapata. Al parecer, la policía no hace nada para combatir el crimen, viendo que en el puerto de ese pueblo han atracado unos bucaneros que seguro que han violado y matado y nadie los ha ido a detener. Le traen la pata al pirata, pero para la consternación de los protagonistas, el carpintero la ha cagado y les ha dado un jamón. El pirata los hace prisioneros a todos menos a Trapito, que intenta huir. Una trabanqueta, Trapito se pone triste y los piratas se ponen a cantar. Pero el espantapájaros no tiene motivos para estar contento, porque lo han colgado de la proa por el pescuezo y está muerto. No otra vez: lo están usando de mascarón. Después hay un motín en el barco, Larguirucho se mete en medio, lo para y es nombrado contramaestre, Trapito es soltado y se pone contento.
Malapata manda a Trapito y Larguirucho a buscar un tesoro bajo el mar. Trapito salta sin escafandra, lo que lo convierte en el primer ser que casi se ahoga en un río y despué respira tan tranquilo en el mar. Encuentran a una sirena que canta y descubren que el tesoro eran las lágrimas solidificadas de ésta, que llora por la pérdida de su amado, un hipocampo (zoofilia?) que está secuestrado por un pulpo gigante. Nada, nada, batalla bajo el mar, ganan los buenos (mierda), rescatan al hipocampo, la sirena les da un besito, Trapito se pone bravo y se llevan cada uno una lágrima de regalo.
Tras un par de peleas (o lo que sea, que no me acuerdo) vencen al pirata plagiando el final de Peter Pan (el pulpo persigue al pirata y a su cuervo y ellos huyen en plan Jesucristo, andando sobre el agua) con lo que la tripulación amotinada se pone contenta. Vuelven, le dan al mesonero lo que se debe, una lágrima de esas (aunque el marranito se a roba habilmente), y vuelven a la granja.
Verdad que hace rato que Trapito no está triste? Esperad, que hay más: cuando Trapito y Salapín se van por su lado, éste ve a una pájara de mucho cuidado y se va con ella, abandonando a Trapito y demostrando que un gorrión, al contrario que un espantapájaros, sí que sabe lo que quiere. Y Trapito se pone mú’ triste y se vuelve a clavar en la tierra, pero no problemo: llega el patriarca y le predice que una ilusión no se perde así como así. En efecto, pasa un rato largo y... Cae un rayo y Trapito se pone en llamas y se desintegra. Fin. Mentira gorda: Salapín vuelve en unas pocas horas! Y trae a su familia (cómo debe follar el muy animal!). Trapito se pone contento y él y los pájaros se preparan para un nuevo viaje. Fin.
Pues nada, esta es la historia, y ahora llega la “trivia”
- A mi hermano le pilló tal obessión con esta peli que me llegó a preguntar si el videojuego de Trapito era de Sega, porque quería jugarlo.
- Mi padre aún se piensa que Trapito muere al final. Y no he conseguido aún convencerle de lo contario.
- Mi madre lo llama Trapete
- Llegué a empezar un anti-fanfic que se iba a llamar Shura de Capricornio contra Trapito.
- Proyecté otro llamado “Trapito y las drogas”.
- En Argentina, sus detractores lo llaman Trapiche debido a sus andares tambaleantes, sus sonrosadas mejillas y cambios repentinos de humor, características estas propias de un alcohólico, y consideran a Salapín como ideólogo del dictador Jorge Videla (no me invento nada: lo leí en una página anti-García Ferré).
- Hay un equipo de fútbol con el nombre del personaje.
- Una vez tuve una visión mental que aún me acojona: al final de los créditos un coro cantaba berreante “TRAPITOOOOOOO” mientras la pantalla se volvía roja. Entonces me parecía ver la sonriente cabeza de Trapito a lo lejos, la cual iba acercándose rápidamente a la cámara para romper la pantalla de mi televisor y darme una hostia en la cara. Sí, ya lo sé, de pequeño estaba fatal: es lo que tiene haber visto una peli unas 50 veces.
- La cinta acabó borrada: no recuerdo si lo hicimos mis padres y yo en secreto o porque un día mi hermano recordó Trapito, concluyó que era mala y la borró para grabarse los Power Rangers. Actualmente no quiere ni ver los vídeos en el Youtube.
- Este artículo lo he hecho de memoria y sin consultar Youtube excepto para colgar el vídeo y comprobar lo de la pantalla roja.
Chao, pibes!
P.D.:
Solo le falta la botella de gin Giró en la mano para confirmar la evidencia